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Lunes, 20 de Mayo del 2024
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Los protagonistas de la reforma migratoria 2013

 

Por: Maribel Hastings

Mientras el Congreso se apresta a debatir proyectos de reforma migratoria amplia, los personajes de esta discusión son tan diversos como sus intereses. En pasados debates esa diversidad de intereses y de opiniones confabuló con los malos vientos políticos provocando el fracaso de la reforma migratoria en 2007, el último debate del Congreso en este frente. Ni siquiera medidas más limitadas, como el DREAM Act, superaron la prueba en 2010 cuando el Senado la engavetó. Pero la elección presidencial de 2012 cambió el panorama político y soplan favorables vientos de cambio a favor de la reforma migratoria. Hay mayor coincidencia entre los diversos grupos de presión sobre la urgente necesidad de esa reforma. Incluso, pasados rivales, como los sectores empresarial y sindical, han emitido juntos los principios que esperan ver en el proyecto de reforma. El movimiento pro inmigrante está mejor organizado; los antiinmigrantes debilitados, aunque no caídos. Y la elección presidencial envió un mensaje contundente a los partidos políticos: los votantes latinos tuvieron un papel estelar apoyando la reelección del presidente Barack Obama con más de 71% de su voto. El mensaje: no cumplió su promesa de reforma de 2008, pero le dan otra oportunidad para que la cumpla. Así los demócratas buscan solidificar el apoyo del elector hispano y Obama pretende que su legado sea la reforma y no su cifra récord de deportaciones. Con su voto, los latinos otorgron un mandato para concretar la reforma. Los republicanos, por su parte, vieron concretarse lo que por años venía advirtiéndose: necesitan del voto latino para ganar la presidencia. En 2012, el abanderado republicano, Mitt Romney, apenas logró 27% del voto latino con posturas migratorias de línea dura, incluyendo su apoyo a la autodeportación. Tras el desastroso desempeño, líderes republicanos decidieron volver a la mesa de negociaciones para tratar de concretar la reforma que por la pasada década han rechazado y que irónicamente puede ser su tabla de salvación para recuperar la Casa Blanca.

Estos son los protagonistas del debate migratorio 2013:

LOS INDOCUMENTADOS

Es difícil precisar su cifra exacta, pero se calcula que son 11 millones de inmigrantes, mayormente de países latinoamericanos, encabezados por México, pero también de otras diversas nacionalidades. No constituyen un grupo homogéneo. Siempre se asume que todos cruzaron la frontera ayer, pero la realidad es más compleja. Más del 40% de esos indocumentados llegaron legalmente a Estados Unidos y se quedaron una vez vencieron sus visados. Asimismo, el grueso de la población indocumentada lleva más de una década viviendo en Estados Unidos, algunos incluso más de dos décadas. Tienen hijos ciudadanos, familias establecidas, negocios propios, son trabajadores dedicados, pagan diversos tipos de impuestos (sobre propiedades, sobre ventas, algunos sobre ingresos), son activos en sus comunidades, son brillantes estudiantes que no conocen otro país que no sea éste, en resumen, están ampliamente integrados a la fibra del país, pero sin el documento que lo compruebe. Se calcula que más de cinco millones de niños ciudadanos de Estados Unidos tienen cuando menos un padre o una madre indocumentados. Tanto la Casa Blanca como el Grupo de los Ocho, los senadores que negocian un proyecto bipartidista, contemplan otorgar una vía a la ciudadanía para estos indocumentados, aunque no se ha fijado cuán larga será la espera. Otros, sobre todo republicanos de la Cámara Baja, abogan por un plan de legalización sin vía a la ciudadanía y éste parece ser uno de los puntos contenciosos del presente debate.

LOS DREAMers

Punta de lanza del movimiento pro inmigrante, los Soñadores se han convertido en el rostro central de los esfuerzos por su particular situación: fueron traídos de niños por familiares, es decir, no ingresaron sin papeles al país por cuenta propia. Son estadounidenses en todo el sentido de la palabra excepto por el documento que lo comprueba. Hace más de una década se presentó el proyecto de ley DREAM Act que busca legalizarlos, pero no ha logrado aprobarse de manera independiente. El DREAM Act también forma parte de cualquier plan de reforma migratoria amplia que se discuta en el Congreso. Tras el fracaso legislativo del DREAM Act en 2010, los Soñadores reforzaron su estrategia solicitando un amparo administrativo de la deportación y lo lograron en junio de 2012. No sólo obtuvieron la acción diferida o DACA, sino que resucitaron los esfuerzos por impulsar la reforma migratoria amplia que los legalice a ellos, sus familias y a inmigrantes trabajadores. Cada año 65,000 estudiantes indocumentados se gradúan de las escuelas secundarias del país.

BIBLIAS, INSIGNIAS Y EMPRESAS – Bibles, Badges and Businesses (BBB) El movimiento conservador tiene un influyente y vital papel en presionar al Congreso y lograr los votos requeridos para aprobar una reforma migratoria, particularmente entre los republicanos. En esta oportunidad, los grupos de fe, las agencias policiacas y las empresas se agruparon en un solo movimiento llamado Biblias, Insignias y Empresas o BBB, por sus siglas en inglés. Los grupos de fe, con iglesias de diversa denominación, consideran que la reforma migratoria es un asunto moral. Cientos de miles de indocumentados son feligreses en miles de iglesias a través del país y de hecho, han dado un soplo de vida, con su membrecía, a muchas de estas iglesias. Por su parte, los grupos policiales argumentan que la falta de una reforma migratoria dificulta su labor de mantener a las comunidades seguras porque las personas sin documentos, por temor a las autoridades, no reportan si son víctimas o testigos de delitos. Finalmente, el sector empresarial necesita mano de obra: desde profesionales extranjeros hasta trabajadores extranjeros no especializados.

El tope de los visados existentes para profesionales extranjeros (H1B), para trabajadores agrícolas temporales (H2A) y para trabajadores temporales no especializados (H2B) son insuficientes y no se ajustan a la realidad de las necesidades de los empleadores. Se calcula que al presente hay casi ocho millones de indocumentados en la fuerza laboral estadounidense. En el debate de 2007, las empresas y los sindicatos no se vieron cara a cara porque los primeros se oponían a una comisión favorecida por la mayor parte de los sindicatos para regular los futuros flujos de trabajadores de acuerdo a las necesidades del mercado laboral. Los empresarios favorecieron un plan de trabajadores huéspedes rechazado por los sindicatos. En esta oportunidad, sindicatos y empresarios presentaron un conjunto de principios acordados sobre la reforma migratoria, aunque el tema de los futuros flujos sigue siendo contencioso.