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Lunes, 18 de Marzo del 2024
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Es culpa del NRA y no de Dios o el Diablo

Por: Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

Después de la horrenda matanza en el pequeño pueblo de Southerland Springs, Texas, un reportero de CNN trató de encontrar una interpretación real de lo ocurrido a través de entrevistas a varias personas pertenecientes a una congregación cristianabaptista de esa localidad.

Inicialmente, el reportero de CNN insinuó que Donald Trump estaba en una gira por Asia resolviendo algunas disyuntivas económicas con socios comerciales.

Justamente en el momento del incidente fatal de Southerland Springs, Trump se encontraba en Japón. El reportero sugirió que en este país solo se evidenció la muerte de una persona en todo el año (2017) a causa del uso de un arma de fuego, mientras que en Estados Unidos acababan de matar a 26 personas, herir a muchas otras tantas, y hubo otras fatalidades recientes en New York y Las Vegas.

También acotó que en ciudades cosmopolitas, como Chicago, Los Ángeles y Detroit, las balaceras y las muertes son a diario.

Una mujer entrevistada hizo entrever que, básicamente, la matanza fue producto de la manipulación del “diablo”. Por su parte, un Pastor manifestó que, a pesar de toda la reciente desgracia que acongoja a Southerland Springs, Jesucristo se puso en medio del desastre y está posibilitando la salvación. “Ahora estamos más unidos que nunca”, subrayó.

Aquí nadie cuestiona la fe de esta gente de Sutherland Springs. A pesar de que el gobierno de Trump se ha caracterizado por su intolerancia religiosa, nuestro sistema político respeta la libertad de culto.

A diferencia de los entrevistados por el reportero de CNN, la balacera de Texas no tiene nada que ver nada con Dios o la manipulación del Diablo. Devin Kelley fue una persona con problemas sicológicos y nunca debería tener la oportunidad de comprar un arma de fuego.

En 2014 fue sentenciado a un año de cárcel por autoridades de la Fuerza Aérea porque abusó físicamente a su esposa y a su hijo. Fue dado de baja, pero el personal de la Fuerza Aérea nunca dio parte a las autoridades policiales de la condición de Kelley.

Como las leyes de portación de armas son sumamente laxas en nuestro país, personas peligrosas como Kelley pueden comprar pistolas de gran calibre el rato que se les pega la gana. Tampoco ayuda que el gobierno de Trump se postra a los pies de la Asociación Nacional de Rifles (NRA) y les permite vender armas automáticas y semiautomáticas al mejor postor.

Así, las matanzas son consecuencias de nuestras políticas laxas contra las armas de fuego. Dios o el diablo no cambiarán estas políticas, somos nosotros quienes tenemos que cambiarlas