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Viernes, 29 de Marzo del 2024
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Asciende a 530 el número de fallecidos por el terremoto de Irán de 7.3 grados

Iran.-

Iran

La cifra de víctimas se ha ido incrementando con el paso de las horas y con el avance de las tareas de retirada de escombros de las cerca de 30,000 viviendas destruidas

Al menos 530 personas murieron y 7,800 resultaron heridas en el terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter que se registró el pasado domingo en el oeste de Irán, revelan las últimas cifras oficiales difundidas este martes. Estos nuevos datos suponen un aumento considerable en el número de víctimas mortales causadas por el sismo en la provincia de Kermanshah, fronteriza con Irak, cuyo balance ha dejado hasta ahora 530 muertos. La cifra de víctimas se ha ido incrementando con el paso de las horas y con el avance de las tareas de retirada de escombros de las cerca de 30,000 viviendas destruidas.

El Gobierno iraní decretó este martes, luto nacional para honrar a las víctimas del movimiento telúrico, el más grave registrado en Irán desde 2003, cuando perdieron la vida 31,000 personas.

Las autoridades han movilizado a todos los cuerpos de seguridad, incluidos el Ejército y los Guardianes de la Revolución, para acelerar las tareas de rescate y ayudar en la entrega de ayuda. Sin embargo, los decenas de miles de damnificados, reubicados en tiendas de campaña, se quejan de que las ayudas no son suficientes.

Los damnificados por el terremoto están desesperados al ver sus viviendas en ruinas y, con ellas, sus recuerdos y su futuro, así como por la lentitud en la llegada de la ayuda prometida por las autoridades.

“Mi casa ha quedado destruida y no puedo entrar en ella. No he podido sacar ni una manta”, se lamenta Mehraban, una madre de dos hijos frente a los escombros de un edificio en la localidad de Sarpul Zahab, en el oeste iraní.

Miembros de la defensa civil iraní reparten botellas de agua a sobrevivientes y residentes en la ciudad de Sarpol-e Zahab en la provincia occidental de Kermanshah.

Sus hijos le dicen, entre lágrimas, “Mamá, yo había preparado mis cosas para ir hoy a la escuela, cómo voy a ir ahora a la escuela?”, cuenta apesadumbrada. “Ahora todo está enterrado en la tierra, todo se ha perdido y sus objetos no están”, explica esta vecina de la población más afectada por el sismo de 7.3 grados.

Algunos tuvieron más suerte y pudieron acercarse a sus hogares en ruinas para sacar algunas de sus pertenencias, que trasladaron luego en camionetas a los campamentos en los que se han instalado.

Los que perdieron sus casas no ocultan su enfado por la falta de ayudas, aunque el Gobierno ha asegurado que ya ha repartido decenas de miles de tiendas de campaña y mantas, toneladas de arroz y latas de conservas.

“Ni siquiera nos dan de comer y nuestros hijos se quejan y gritan de hambre”, cuenta Mehraban.

A esto se suma el sufrimiento por la pérdida de familiares, vecinos y amigos, algunos de los cuales, según esta mujer, continúan debajo de los escombros.

Los equipos de rescate han sacado en las últimas horas algunos cuerpos de entre las ruinas, como es el caso de dos vecinos de Mehraban.

“En mi ciudad todos se murieron, todos nuestros familiares y vecinos perdieron la vida”, afirma desconsolada.

Se calcula que solo en Sarpul Zahab fallecieron más de 200 personas y que la mitad de los edificios están destruidos o seriamente dañados. Varios de sus habitantes comentan con tristeza que la ciudad había empezado a mejorar en los últimos años tras décadas de miseria, una incipiente prosperidad que se ha desvanecido ahora.