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¿Cómo sabremos que la Cámara Baja republicana realmente está interesada en aprobar la reforma migratoria?

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Por: María Ponce

Cuando ignore a Goodlatte y trabaje con los demócratas.

Washington DC.-

Esta semana, el presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, Bob Goodlatte (R-VA), participó en el “Programa de Kojo Nmandi”, de NPR, de Washington, DC. Y una vez más dejó dolorosamente en claro por qué no se debe confiar a él la conducción de la agenda migratoria.

De acuerdo con la aseveración de Benjy Sarlin en MSNBC en la radio, “Goodlatte dijo que espera votos próximamente, quizá en octubre, sobre diversos pequeños proyectos de ley de la Cámara Baja en seguridad fronteriza, trabajadores invitados y visas de alta tecnología”.

Hay que destacar que ninguna de las medidas del Comité Judicial defendidas por Goodlatte ha tenido el apoyo bipartidista. Ninguna de las medidas de Goodlatte abordan el estatus de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país o proveerles una vía a la ciudadanía, algo que es apoyado por los estadounidenses por un margen de 3 a 1.

Y ninguno de los comentarios de Goodlatte apuntan hacia un proceso bipartidista –en la Cámara Baja o en el Senado--, que es la única manera en que una reforma migratoria amplia puede ser aprobada por el Congreso. Por otra parte, Goodlatte está apoyando una medida que es seguro sea venenosa con los demócratas, y que por sí misma podría condenar a la reforma migratoria este año.

Su SAFE Act alentaría a cada estado a imitar los abusos del sheriff Joe Arpaio en Arizona, incluyendo el perfilamiento racial de la gente que parezca inmigrante –aunque hayan nacido en Estados Unidos--, así como la criminalización de los inmigrantes que quieren una oportunidad para lograr la ciudadanía estadounidense.

Goodlatte también dijo que “los republicanos de la Cámara Baja sólo procederían con apoyo mayoritario dentro de su partido”. Esa no es más que otra indicación de la falta de seriedad de Goodlatte. La llamada “Regla Hastert” debería ser llamada el “Pretexto Hastert”.

El presidente de esa cámara, John Boehner (ROH), ya ha hecho caso omiso de ello tres veces este año. El asistente del liderazgo de la Cámara Baja que acuñó el término, John Feehery, le dijo a Molly Ball, de The Atlantic, que Boehner “debe deshacerse” de eso.

Ball describió su conversación así: “Dado el actual ‘ingobernable’ estado del caucus republicano de la Cámara Baja, me dijo, Boehner debe equilibrar el riesgo de su propia postura con el ‘riesgo más grande de la reputación’ del Partido Republicano”.

El hecho es que ahora mismo, hoy, existe una mayoría bipartidista en la Cámara de Representantes para aprobar la reforma migratoria con una vía a la ciudadanía. Esconderse detrás del Pretexto Hastert no absolverá al Partido Republicano si es que se le invoca para matar la reforma migratoria.

Según Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice: “El enfoque de Bob Goodlatte es un camino hacia ninguna parte. De las medidas a las que ha abierto paso a través de su Comité Judicial, todas son partidistas y fragmentadas, y al menos una está envenenada. El camino a la reforma migratoria requiere líderes en la Cámara Baja que ignoren a Goodlatte y abracen un enfoque bipartidista. De hecho, sabremos que los líderes republicanos de la Cámara Baja son serios sobre la aprobación de la reforma migratoria cuando sean serios en trabajar con los demócratas en todos los aspectos, incluyendo el tema primordial, el cual es qué hacer con los 11 millones de inmigrantes indocumentados establecidos en Estados Unidos”.